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Viviendo el 2021 Sin Ansiedad

Te creo si me dices que viviste el 2020 con ansiedad todos los días. Con todos los medios bombardeándonos de noticias que nos desaniman, una pandemia que ha arrasado con miles de planes y trabajos, sin poder ver a las personas que más amamos con frecuencia, sin poder dar un abrazo o un beso sin miedo. Definitivamente la ansiedad es demasiado difícil de controlar, pero creo que por medio de Jesús y esforzándonos diariamente es posible vivir con la Paz celestial que sólo Él ofrece. Vencer la ansiedad requiere enfoque y dedicación. En este post compartiré consejos muy prácticos para tener una mente preparada cuando lleguen los sentimientos frustrantes de la ansiedad.

 Controla y renueva tu mente 

“En cambio, dejen que el Espíritu les renueve los pensamientos y las actitudes. 24 Pónganse la nueva naturaleza, creada para ser a la semejanza de Dios, quien es verdaderamente justo y santo.” (Efesios 4:23-24)

Es esencial comenzar y terminar nuestros días con una mente renovada. No te lleves a la cama los pensamientos negativos que tuviste durante el día y al despertarte comienza tu día en agradecimiento por el simple hecho de que despertaste. Entrenemos nuestra mente leyendo un Proverbio por la noche que nos haga reflexionar y meditar y leamos un Salmo por la mañana para motivar nuestra alma y a que esas verdades escritas en la Palabra dicten la actitud con la que comenzamos nuestro día. Si comenzamos y después terminamos nuestro día ingiriendo todo lo que vemos en redes sociales nuestra mente va ser un revuelto de pensamientos de comparación y preocupación, es decir, la combinación perfecta para darle rienda suelta a la ansiedad.

 Lo que hagamos, hagámoslo con propósito y no en autopiloto 

“No, amados hermanos, no lo he logrado,[a] pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así 14 avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús.” (Filipenses 3:12-14)

Cada actividad que hagas durante el día hazla presente y consciente. La mayoría de las veces hacemos las cosas en “autopiloto” y mientras hacemos las tareas del día dejamos nuestra mente merodeando y pensando en situaciones que nos causan ansiedad. La mejor manera de estar presentes en lo que hacemos es encontrar maneras de disfrutar más las tareas, por ejemplo, si toca limpiar la casa, pon música que te guste, si es hora de preparar una comida, busca en internet una receta y síguela al pie de la letra para que mantengas tu mente ocupada y concentrada, si estás dándole de comer a tus hijos, sácales platica, siéntate con ellos, escucha las historias que quieren contarte y clavate en la conversación.

Ahora, el proceso para disminuir y finalmente vencer la ansiedad es una lucha constante. Habrá días en los cuáles no pudiste despojarte de tus preocupaciones y terminas sintiéndote ansiosa todo el día y habrá otros días en donde te fue muy bien y viste un avance. Entendamos que Dios no quiere perfección, quiere nuestro corazón, nuestra oración y confianza.

Si Dios no te condena por que no te salen las cosas al 100, ¿por qué te condenas a ti mismo? Comencemos a luchar contra la ansiedad conscientes de que habrá veces en las que nos va a ganar, pero tenemos un Dios de segundas y terceras oportunidades, nada te puede separar del amor incondicional que Él tiene por ti. Comienza con pasos pequeños y notarás que poco a poco la Paz permanecerá y las cargas y ansiedades las cargará nuestro Dios bueno y fiel.