Unión Libre vs. Unión Eterna
Constantemente me llegan mensajes por medio de las redes sociales de personas pidiendo consejos acerca de problemas con sus parejas, problemas como infidelidad, falta de compromiso y comunicación, finanzas, etc. La realidad es que muchas veces los problemas surgen cuando el fundamento de la pareja no es Jesús y la relación no esta bien plantada en lo que dice la palabra de Dios
La mentalidad moderna
He escuchado muchísimas veces que mujeres y hombres dicen “primero tienes que probar a ver si te gusta”, refiriendose a vivir con su pareja antes de casarse. Se pudiera decir que esto es un reflejo de miedo, inseguridad y enfoque en uno mismo. La realidad es que no estamos llamados al matrimonio para que nos guste absolutamente todo de nuestro cónyuge, y el matrimonio definitivamente no es un medio para que nos hagan felíz sino al contrario, debemos de llegar al matimonio con los pies bien puestos en la tierra, considerando que la unión nos hará más como Cristo y desenfocarnos del beneficio propio.
Esta generación busca lo suyo sin querer ceder ni corresponder y por eso es que vemos que hoy en día más del 50% de los matrimonios terminan en divorcio por entrar con esa mentalidad.
El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso (1 Corintios 13:4)
El matrimonio según Dios
Podemos ver que desde Génesis, el principo de la creación, Dios mira a Adán y dice “no es bueno que el hombre esté solo”, entonces Dios creó a su ayuda idónea, Eva.
Si me pongo a pensar en mi relación de matrimonio, puedo ver que es lo opuesto a perfecta, pero aún así busco dar lo mejor de mi ya que me le prometí mi compañía, amor y apoyo incondicional a mi esposo de por vida. Vivir dentro de una unión tan santa como el matrimonio te santifica de tal manera que podemos comprender un poco más la manera en la que Cristo nos ama.
La Biblia compara la relación de un matimonio con la relación que Jesús tiene con Su iglesia:
Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella 26para hacerla santa. Él la purificó, lavándola con agua mediante la palabra, para presentársela a sí mismo como una iglesia radiante, sin mancha ni arruga ni ninguna otra imperfección, sino santa e intachable. Así mismo el esposo debe amar a su esposa como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo, pues nadie ha odiado jamás a su propio cuerpo; al contrario, lo alimenta y lo cuida, así como Cristo hace con la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo. (Efesios 5:25-30)
Si estás soltero o soltera, busca una pareja que tenga completa disposición de vivir su vida a tu lado, de amarte de tal manera como Cristo ama a Su iglesia. El matrimonio no es color de rosa pero te puedo asegurar que si en pareja deciden creerle al Señor, El se encargará de sujetarlos y sorprenderlos en el camino.
Es mejor estar con Dios que contra El. Muchas veces le creemos más a personas con esa mentalidad “moderna” y vemos como van de relación en relación sufriendo las consecuencias y todavía creemos que este mundo tiene la verdad. Comprendamos que nuestro creador sabe lo que necesitamos, El conoce nuestra sed física y espiritual, nuestra necesidad de crecimiento y el tipo de forjamiento que nuestra alma necesita. No te conformes con una unión libre, busca siempre una unión eterna.