El Miedo Detrás del Volante
Todos tenemos miedos y hemos crecido aprendiendo acerca de ellos, algunos vienen y otros los logramos superar, pero te has preguntado, ¿cómo es que el miedo puede impactar mi vida?
La Biblia habla muchísimo del miedo, lo podemos ver en Pablo cuando caminó por las aguas para acercarse a Jesús y terminó hundiéndose por el miedo. Incluso lo vemos en Jesús cuando está orando en el Monte Sinaí antes de ser crucificado.
Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús. Pero, al sentir el viento fuerte, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó:
—¡Señor, sálvame!
En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió:
—¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?
(Mateo 14:30-31)
Me llama mucho la atención que Jesús experimentó el miedo, uno tan grande que dice la Biblia que sudó sangre, pero este no lo detuvo. Él decidió quedarse a cumplir la voluntad de Dios sin importar lo que su carne le dictaba. No puedo imaginarme el tipo de mentalidad que Jesús debió tener para mantenerse enfocado en Su propósito eterno sabiendo que iba a sufrir enormemente.
Pero, como estaba angustiado, se puso a orar con más fervor, y su sudor era como gotas de sangre que caían a tierra. (Lucas 22:44)
Puede ser que hayas tenido esa experiencia en donde ya le dijiste sí a alguna cosa y después llega la hora de enfrentarlo y te quieres echar para atrás. Es ahí cuando para evitar huir de esa situación te empiezas a preguntar ¿qué es lo peor que puede pasar?, quieres aplacar ese miedo, pero solamente le estas echando más fuego a la leña.
Creo firmemente que a Jesús le fue posible soportar ese miedo porque su mentalidad era ¿qué es lo mejor que puede pasar?, fijó la mirada directamente en esa visión en donde tu y yo nacemos con nuestra naturaleza pecaminosa encontramos a Dios y renacemos de nuevo, pero esta vez remojados de la sangre de Cristo que nos da perdón y vida eterna.
Que increíble es saber que nuestro Dios nos dice por medio de Su palabra que no tengamos miedo, que Él cuida de nosotros. ¿Por qué razón siempre estamos pensando en lo peor que puede pasar si nuestro Dios nos dice que cuida de nosotros y que no nos preocupemos por nada?
Te invito a que cambiemos juntos esa mentalidad de ¿qué es lo peor que puede pasar? Y comencemos a pensar en qué es lo mejor que nos puede pasar si comenzamos a tomar decisiones basadas en que tenemos un Dios fiel que nos respalda en todo.
Dejemos al miedo en el asiento trasero y dejemos a Jesús tomar el volante de nuestra vida. Que el miedo solo sea un espectador de nuestra vida y no el regidor.